martes, 15 de enero de 2013

LA BÚSQUEDA DEL CAMINO



En aquel parque a plena luz del sol descubrí la verdadera razón por la que el ser humano no se ha extinguido; la fuerza del rencor, del odio, de la envidia, no es  nada comparada con la energía tan grandiosa que redecora el paisaje en el que te encuentras, que pinta el futuro de colores pastel, que proyecta un horizonte donde la esperanza se apodera de tu mente y te entrega a lo único que te importa: los brazos de tu amor.
Tomé mi cuerpo y lo llené de sosiego, de calma electrizada por las aristas de pequeños detalles subordinados a la realidad, pero no me importaba: Estaba al lado de la mujer anhelada durante toda mi vida, de la razón que busqué entre llantos y sollozos en las noches de verano, en el frío invierno, en la soledad nostálgica de la melancolía.
Era un momento de intensa felicidad, una lágrima abyecta y  sosegada emitida por ella rompió el silencio ensordecedor del pensamiento de ambos: El sabía que la amaba, que era la mujer de su vida, que era el origen y el final de su desasosiego, de ese permanente recorrido por la vida en busca de razones por las que vivir, había llegado a su fin.
Siempre buscamos, siempre rompemos el descanso de la estabilidad cuando existe la llama de la esperanza, pero no siempre encuentras, a veces nunca llegas ni a acercarte al camino , pero cuando en tus ojos aparece lo que añoras lo sabes, lo notas, es como esa pieza que te faltaba y que encaja perfectamente en la espiral de tu vida. Estás seguro y no sabes  la razón, pero lo sabes.
Pues bien, ese súbito llanto dio pie a un mar de lágrimas  de desahogo que se quedaron impregnadas de forma mágica en mi abrigo. Me di cuenta  que allí se había firmado un pacto de amor, de dolor, de complicidad mágica que nunca podre olvidar.
- Salvador: quiero decirte algo importante, algo que me quema por dentro y que no puedo contar a nadie, algo que me hace despertarme por la noche, que me impide trabajar, que me angustia.
- Mary; no tienes porque hacerlo, se lo que sientes, no digas nada, no hagas nada, te comprendo perfectamente, entiendo tu tristeza y tu alegría a la vez. Sólo quiero que sepas algo: “Nunca he encontrado a alguien como tú, que me haga vibrar de esta manera, que me sobrecoja cuando te veo, que tu angustia me duela a mí, que tu alegría me invada cuando tú estás contenta, que sienta que se para el tiempo cuando apareces, que la razón queda subordinada a la pasión de tenerte en mis brazos en el momento que te veo”.
Salvador, tomó por el hombro a su amada, y acariciándola el pelo negro que cubría su rostro, seco la humedad acumulada por el llanto, y la absorbió con las yemas de sus finos dedos. El sintió un inmenso placer al limpiar el efecto  de ese intenso amor censurado por el dolor de la distancia. El sabía que era su amor, la mujer de su vida, alguien tan similar a lo que había buscado siempre, que le parecía mentira que a estas alturas de su vida, cuando casi había tirado la toalla apareciera ella.
El era un romántico empedernido, aunque se pasó la vida diciendo que no creía en el amor: “El amor es una reacción bioquímica para mantener la supervivencia de la especie”, pero contra más lo decía,  más descubría su romanticismo. Excusatio non petita accusatio manifesta(escusa no pedida, acusación manifestada); repetía continuamente, y esto debía aplicárselo  él. Era un sentimental, un romántico,  y un defensor de la fuerza y poder del amor, lo que ocurría es que su “ego” nunca le había permitido encontrar a su amada. La buscó por todos lados, cuando era adolescente, cuando fue mayor, fuera y dentro del matrimonio, pero no aparecía. El pensaba que no existía, que era un constructo mental que tenía instaurado en su imaginativa y perfeccionista mente. Ahora andaba descolocado: Había encontrado a quien siempre había buscado.
Ella pensaba que él vivía en una nube, que ella no era tan exclusiva. Creía que él  había tenido multitud de relaciones antes que la suya, y que esta era una más que quedaría en el bagaje de Salvador, que no la esperaría, que tardaría cinco minutos en olvidarla el día que se cansara de ella. Ella estaba también muy confundida: Sentía una intensa necesidad de estar con él, de amarrarse a sus brazos, de tocar sus suaves manos, de devorar su cuerpo desnudo buscando consuelo ante las largas ausencias. Sabía que él la amaba, pero le daba mucho miedo cuando él verbalizaba sus sentimientos, e intentaba con frecuencia poner un muro de frialdad para que  dejara de hacerlo, pero él se desnudaba ante ella, le transmitía todo lo que sentía por ella, aunque se sintiera abrumada.
- Mary: Congelaría este instante, pararía el mundo, y me dedicaría a ti: a cuidarte, a vivir contigo intensamente para compensar mis años de sequía emocional, pero como no puedo me acojo a intensificar los momentos que pasamos juntos. Luego la fuerza, el revuelo que provocas en mi alma, hace que mi mente esté excitada durante días, con un único propósito: volver a ti.
- Salvador: baja de la nube, no sé lo que está pasando por mí, se que te amo, que te adoro, que te deseo, pero también sé que todo esto puede acabar, y no quiero sufrir más, ni quiero hacer sufrir a las personas que ocupan mi vida, entre otros a ti.
- No puedo olvidarte, Mary, no me puedes pedir que me muestre frío ante mis sentimientos cuando son los que dirigen mi vida en este momento, cuando son los que me impulsan a levantarme por las mañanas, cuando son los que hacen que vea la vida de color y no en blanco y negro como siempre la he visto. Si la felicidad pudiera definirse, esto es la felicidad: Esta sensación de bienestar continuo, ese suave estímulo que como una pluma acaricia tu alma y te eleva a sentir que eres un  ser intensamente satisfecho contigo mismo, gracias a la maravillosa mujer  que has encontrado. Estoy orgulloso de haberte conocido, de haber sentido tu arte, tu inteligencia, tu pasión, tu originalidad, tu belleza, tu bondad, tu corazón lleno de amor y de vida sobre todo para los más necesitados.
Te admiro Mary,  Yo siento una profunda admiración por ti, una locura instantánea que me lleva hacia ti en el momento que no estás, y eso hace que estés permanentemente en mi mente, acurrucada, protegida, ocupando mi pensamiento.
- Salvador; no estoy en condiciones de discutir contigo, porque todo lo que tú estás diciendo lo siento yo también: es mutuo. Te quiero, mi amor, sólo a ti.
Salvador retirando el pelo de la cara de Mary, se fundió en un largo e intenso beso que estimuló todos los receptores nerviosos que durante años habían permanecido dormidos en Salvador. Aquel día ambos partieron con una lección bien aprendida: La búsqueda es el camino, y ellos por casualidad, por alguna divinidad, o por la razón que fuera habían encontrado el amor compartido y completo.


7 comentarios:

  1. a ese tipo de amor me refiero...a ese amor pasional que te hace despertar con una sonrisa cada mañana y con el que piensas durante el dia y que cuando llega la noche te duermes recordando los momentos vividos con el furante el dia y repitiendo cada frase de amor que se dijo..muy bello. ;-))

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    1. PERO ESO EXISTE BEA, TE LO ASEGURO

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    2. No.. si ya lo se que existe....te lo aseguro yo tambien....;-))

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  2. Si muy bonito, pero piensa que la vida es distinta, son pocas las parejas que se quieren asi, y menos en esta epoca.
    Solo estan juntos por la hipoteca o por los hijos pero no hay un sentimiento de pareja.

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    1. Bueno, desde luego que si, pero este tipo de amor no me lo he inventado, te aseguro que existe

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  3. je je si aunque se ve poco existe .Me encanta la libertad, en pareja, puesto k es la linia de todo los mas delicado y fuerte cuando se siente asi ,sin tapujos y miradas k son complices de todo ,je je todo en si con miradas te tocas y te acaricias con sentimientos .je je bueno todo todo y todo je je

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